A lo largo de la vida laboral un profesional se encuentra en la situación de tener que cambiar de trabajo bien porque la empresa rescinde el contrato o porque el propio profesional contratado quiere cambar de empresa. Se estima que una persona en edad de trabajar puede cambiar unas 12 veces de trabajo teniendo en cuenta que se inicia en el mercado laboral a los 25 años y tiene como edad prevista para la jubilación los 65 años.
Cuando se trata de cambiar de empleo por voluntad propia se suscitan muchas dudas que generan inseguridades debido a la incertidumbre que significa un cambio tan importante y trascendente.
Para tomar decisiones tenemos que hacer nosotros mismos una evaluación de la situación laboral, es importante hacernos una serie de preguntas para aclarar cuál es el punto de partida. La forma más habitual para la mayoría de personas que buscan trabajo es primero mirar el sueldo que ganamos por encima de otros factores.
Sentirse valorado en la empresa y asegurarse de que se desarrolla al máximo nivel profesional es fundamental para favorecer el crecimiento personal. Es importante conocer el espacio que tiene un empleado y cómo se evalúa en el lugar de trabajo, así como conocer la percepción que tienen los altos directivos de las actividades diarias.
Esta puede ser una percepción de su trabajo distinta de la del resto de empleados de la empresa, ya que es una tarea de análisis objetivo del entorno laboral necesario tanto para el personal de aviación como para las profesiones que ejerce. Tras analizar la anterior, es necesario desarrollar aún más el proceso con el propósito señalado de ver si continúa en la posición actual o, al contrario, vale la pena cambiar de trabajo y buscar un reconocimiento más positivo en otras empresas.
Si alguien no se siente valorado en su empresa y cree que puede hacer su trabajo mejor en otra, es importante ponderar los aspectos positivos y negativos a la hora de decidir dejar su trabajo en la empresa actual.
Si es el caso de un contrato indefinido y ha trabajado en la empresa actual durante varios años, es importante tener en cuenta la estabilidad laboral alcanzada. Actualmente los datos muestran una media a partir de la cual podemos deducir que una empresa tiene unos 3 años, esto demuestra que si el trabajo tarda más, podría asimilar lo que anteriormente se llamaba trabajo fijo.
El nivel de satisfacción con la empresa, el entorno laboral y el reconocimiento profesional son otros factores a tener en cuenta si vale la pena continuar en la empresa actual.
Establecer objetivos para mejorar las condiciones laborales a corto y medio plazo puede ser un factor a tener en cuenta para mantener el empleo actual. Es importante hacer una evaluación introspectiva para ver si el perfil coincide con su posición y evaluar hasta qué punto debería ser similar a las expectativas previas a la ocupación a la hora de decidir dejar o mantener el trabajo. Allí hasta que cambien las condiciones.
La decisión de cambiar de trabajo conlleva ciertos riesgos, por lo que muchos empleados deciden no asumirlos y mantenerse en su posición actual.
Encontrar un trabajo en otra empresa no es fácil, significa nuevos retos y mucha inseguridad y, en un mercado laboral tan inestable, es importante recordar que aquellos que finalmente lleguen a una empresa pueden ser los primeros en dejarse despedidos.
Si no está seguro de cambiar de trabajo, puede recurrir a expertos en derecho del trabajo o a otros profesionales que trabajan en los campos de los recursos humanos y el talento para tomar una decisión tan importante.
Es habitual intentar cambiar de empleo porque las condiciones laborales no cumplen con la expectativas previstas, en cualquier caso esta situación es cada vez más habitual e incluso en países como Estados Unidos muchas personas no solo cambiar de trabajo de forma recurrente sino que en ocasiones tienen varios empleos en una misma jornada laboral.
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