Un procurador es un profesional legal que representa y defiende los intereses de una parte en un proceso judicial.
Su papel es actuar como intermediario entre el cliente y el sistema judicial, presentando documentos legales, argumentos y realizando trámites en nombre del cliente.
Funciones de un procurador
Interposición de demandas y recursos: El procurador no solo presenta la demanda de forma inicial, sino que también se encarga de interponer recursos de apelación, súplica o casación una vez dictada la sentencia. Además, puede presentar recursos extraordinarios como el de revisión o el de nulidad.
Asistencia a actos judiciales: La presencia del procurador es obligatoria en actos como las vistas orales, los interrogatorios de los testigos o peritos, las declaraciones, las conciliaciones o los actos de ejecución. También puede asistir a las resoluciones judiciales en las que se notifiquen las sentencias o autos.
Notificaciones: El procurador recibe y entrega las notificaciones, citaciones y emplazamientos a las partes, así como cualquier otra comunicación proveniente del juzgado o tribunal.
Gestión de expedientes: El procurador tiene la responsabilidad de custodiar toda la documentación del expediente judicial, organizarla y conservarla durante el tiempo legalmente establecido.
Representación procesal: El procurador actúa en nombre y representación de las partes, por lo que tiene la facultad de realizar cualquier acto en su defensa dentro del proceso judicial. Esto incluye presentar escritos, solicitar pruebas, impugnar resoluciones judiciales, conciliar con la parte contraria o llegar a acuerdos.
Formación y requisitos adicionales de un procurador
Superación de un curso específico: Además de la licenciatura en Derecho, es necesario superar un curso específico de formación inicial para procuradores. Este curso está organizado por el Consejo General de Procuradores y habilita para el ejercicio de la profesión.
Juramento o promesa: Una vez superado el curso, el futuro procurador debe prestar juramento o promesa ante el Tribunal Superior de Justicia de su comunidad autónoma.
Colegiación obligatoria: La colegiación en el Colegio de Procuradores de la correspondiente comunidad autónoma es obligatoria para poder ejercer la profesión.
Formación continua: Los procuradores están obligados a realizar una formación continua para mantenerse actualizados en las últimas novedades legislativas y jurisprudenciales.
Habilidades esenciales y otras aptitudes del procurador
Sólidos conocimientos jurídicos: El procurador debe tener un dominio profundo del derecho procesal, así como un conocimiento general de otras ramas del derecho como el civil, penal o administrativo.
Capacidad de análisis y síntesis: Es fundamental que el procurador sea capaz de analizar la complejidad de cada caso y determinar la estrategia procesal más adecuada para defender los intereses de su cliente.
Habilidades de comunicación e interpersonales: El procurador debe tener excelentes habilidades de comunicación, tanto oral como escrita, para poder relacionarse con las partes, los abogados, los jueces y demás operadores jurídicos.
Rigor y meticulosidad: La gestión de los expedientes judiciales requiere de un alto grado de rigor y meticulosidad para evitar errores que puedan perjudicar los intereses del cliente.
Capacidad de organización y gestión: El procurador debe ser capaz de organizar su tiempo y trabajo de manera eficiente para poder atender a múltiples casos de forma simultánea.
Resolución de problemas: El procurador debe ser capaz de identificar los problemas que puedan surgir durante el proceso judicial y encontrar soluciones creativas para superarlos.
Ética e integridad: El procurador debe actuar siempre con estricta sujeción a los principios éticos y deontológicos de la profesión.
Sectores de trabajo y áreas de especialización de un procurador
Si bien un procurador puede trabajar en cualquier ámbito del derecho, algunos de los sectores en los que tienen mayor demanda son:
Derecho civil: Reclamaciones de cantidad, impagados, separaciones, divorcios, herencias, arrendamientos, propiedad horizontal, etc.
Derecho penal: Procesos por delitos leves, graves o delitos contra la seguridad vial, etc.
Derecho contencioso-administrativo: Recursos contra las actuaciones de la Administración Pública, sanciones administrativas, urbanismo, etc.
Derecho laboral: Reclamaciones de salarios, despidos, sanciones disciplinarias, accidentes de trabajo, etc.
Derecho mercantil: Concursos de acreedores, sociedades, reclamaciones de facturas, propiedad intelectual, etc.
El procurador juega un papel fundamental en el sistema judicial español, garantizando el correcto desarrollo de los procesos judiciales y la defensa de los derechos de las partes.
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