No hay duda que la vida laboral es muy importante, desde los inicios la sociedad ha necesitado recibir recursos tanto materiales como monetarios para subsistir. En la actualidad la mayoría de recursos suelen ser económicos y se reciben por medio de contratos laborales en empresas.
Según estudios recientes más del un 65% de los encuestados afirman que su escenario ideal es el de tener su propia empresa o trabajar como independientes, más del 80% de las empresas nacieron como proyectos de emprendedores y en la actualidad están compuestas por un máximo de 10 personas.
En los países más desarrollados las jornadas laborales han ido reduciéndose de forma paulatina sin mermar la productividad, está demostrado que la productividad no está relacionada con la cantidad de horas empleadas, son muchos los estudios que ponen de manifiesto que la productividad de las empresas ya no depende directamente del número de horas empleadas.
A pesar de que ya es evidente que los empleados deberían trabajar en función de su rendimiento son muchas las empresas que siguen con el modelo de la presencialidad en jornadas que oscila entre las 8 y las 10 horas diarias.
Tendencias de empleo
Países como Francia, Japón, Alemania y Holanda, ya se plantean implantar la jornada laboral de 35 horas, el modelo 4/3 basado en semanas laborales de 4 días y 3 días de descanso está demostrando sus ventajas. En primer lugar no reduce la productividad de las empresas, una estrategia basada en la productividad monitorizada es beneficiosa tanto para el empresario como para el empleado, reduce los costes de producción de la empresa a la vez que mejora la motivación de los empleados.
En cuanto a factores macroeconómicos también tiene muchas ventajas dado que aumenta el tiempo de ocio para millones de personas con la lógica repercusión en cuanto a consumo se refiere.
El contrato clásico es el de 8 horas diarias de lunes a viernes, en ocasiones este tipo de jornadas vienen complementadas con horas extra en función de las necesidades de la empresa.
Los trabajos de lunes a viernes están siendo analizados por muchos expertos en productividad, en concreto la empresa Siemens ya está realizando estudios para medir este tipo de actividad profesional para evaluar la posibilidad de reducir la jornada sin disminuir el rendimiento de sus empleados. Los estudios preliminares son muy positivos y pueden abrir la puerta a nuevas contrataciones por menos horas, en contrato el objetivo es que la jornada laboral sea 4 días. Esto no significa que la empresa se vea perjudicada, todo lo contrario, se trata de implementar estrategias que permitan reducir las jornadas laborales sin mermar la productividad de las empresas.
Las nuevas tecnologías pueden ayudar mucho en ese sentido, las herramientas digitales ya permiten medir el rendimiento de los empleados sin tener en cuenta las horas, es más, los algoritmos de estas herramientas permiten optimizar las mediciones de productividad por lo que pueden ayudar a reducir las jornadas laborales sin reducir la eficacia de sus procesos.
Trabajo por productividad
En países como Suecia ya se permite a muchos empleados que finalicen su jornada laboral cuando cumplan con los objetivos diarios marcados por la empresa por lo que ya empieza a ser habitual que un empleado gestione su jornada en función de las necesidades de la empresa conjuntamente con los de la capacidad de resolución del empleado. Un trabajador puede terminar su jornada laboral en cuanto finalicen las tareas asignadas por la empresa pudiendo finalizar su jornada antes de las 8 horas, solo necesita cumplir con los objetivos de la empresa sin tener en cuenta las horas que pueda emplear o completar la típica jornada de 8 horas.
Las jornadas flexibles se están extendiendo en muchos países y están dejando en un segundo plano las jornadas por trabajos de lunes a viernes en tiempo completo. En los próximos años veremos cómo son cada vez más las empresas que contratan dejando de lado las 40 horas semanales de lunes a viernes para implantar el modelo por productividad.
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